domingo, 21 de noviembre de 2010
Entrevista a Sasha Grey: Las triple X tienen una tremenda escasez de historia
Con apenas 22 años, Sasha Grey es una celebridad en el cine porno. Ganó todos los premios de las películas del género y es fan de escritores como Sartre y Albert Camus y de cineastas como Godard. Su bella figura ya traspasó su ámbito: Steven Soderbergh la llamó para que protagonizara una de sus películas -“The girlfriend experience”- y se le vinculó con el vocalista
de Smashing Pumpkins, Billy Corgan. Toda una estrella.
Hasta que tenía 16 años, Sasha Grey, la actual revelación de la industria pornográfica estadounidense, soñaba con estudiar literatura. Méritos le sobraban: aunque en el colegio fue de pocos amigos y la vida familiar no era de las mejores, sus libros eran su compañía predilecta. Lectora compulsiva de próceres como Jean Paul Sartre, Albert Camus, Federico Nietzsche y Oscar Wilde, de adolescente creía que la literatura era el único camino a la salvación.
Por eso, antes de terminar los estudios escolares tomó una decisión. Dejaría el techo materno -sus padres se habían separado a los 5 años y no aguantaba a su padrastro- y se jugaría una opción: apostar a su destino. Ese camino la llevó a su primera parada: trabajar como mesera de un restaurante. Y fue el momento del click en su vida. Se enamoró por primera vez de un cocinero ocho años mayor que ella y compartió una vieja afición de su compañero sentimental: las películas pornográficas. Poco tenía que ver con ese mundo. Jamás había visto ese tipo de filmes, pero la encandilaron. “Siento que desarrollaron mis pulsiones eróticas”, dice al teléfono en un sensual inglés desde Los Angeles, donde está radicada y decide dar la entrevista a LND.
Mientras su novio iba al trabajo, la chica se quedaba observando esos videos. Y en su cabeza comenzó a anidar una idea extravagante. Dedicarse a trabajar como actriz porno. Pero se tomó su tiempo y preparó algunos trucos para entender si realmente estaría capacitada para esa profesión. Durante cada sesión de sexo con su pareja buscaba la experimentación. Quería probarlo todo. Golpes, posturas inimaginables, sexo duro, sexo tierno. Y se sintió madura. “Lo pasábamos bien. Él fue una especie de guía muy importante para dedicarme a mi trabajo. Experimentamos mucho. Hubo un momento en que dije ‘estoy preparada para asumir el desafío’. Hacer el amor es una de las mejores actividades que pueden realizar los seres humanos y creí que podría destacar en el rubro mucho más que las actrices de las películas que seguía”, cuenta.
La industria pornográfica en Estados Unidos mueve miles de millones de dólares. Y, según estimaciones, se hacen aproximadamente 17 mil películas del género por año. Cuando Marina Ann Hantzis -su verdadero nombre- chequeó por internet sobre castings, miró alto. Rocco Sifredi, el legendario actor porno, estaba preparando su nueva película. Y los realizadores buscaban a una chica joven, hermosa y sin temores. Justamente, los factores que reunía la incipiente actriz. “Recuerdo aquel momento como algo especial. Es una sensación extraña estar con alguien a quien no conoces. Pero necesitaba hacerlo, quería saber cuáles eran mis límites. Y les gustó lo que hice”, afirma.
Para ser una debutante, su irrupción fue de ensueño. Enfrentada al histórico actor, Grey comenzó a practicarle una felación. En un momento, le pidió un favor: que le diera un golpe en el estómago. El director, el protagonista y su equipo quedaron atónitos. La chica, de apenas 18 años, y con una belleza que le serviría sin problemas para lucirse en pasarelas, mostró carácter y justificó su decisión con una frase que les gustó a todos. “Me encanta tener sexo doloroso”. Y se quedó con el puesto.
Ese suceso iniciático marcó su trayectoria. El dato de una chica dispuesta a todo y con un encanto muy por sobre la media se traspasó entre los ejecutivos. Y su teléfono comenzó a sonar más y más. “Me llamaban de todos lados. El momento más complejo fue cuando tuve que contarle a mi madre a lo que me estaba dedicando. Ella enmudeció por un instante y luego me entendió. Tenemos una muy buena relación y está orgullosa de mí. Aunque siempre me repite lo mismo: ‘que debo tener cuidado con las drogas’. Le hago caso”, sostiene.
Su popularidad fue centelleante. En apenas dos años se convirtió en la mayor celebridad del estilo. Más de 150 películas y un cargamento de premios inolvidable: mejor escena de trío, el gang bang más numeroso -quince hombres en una sola hora- y la felación más prolongada. Además, por cierto, del estímulo más prestigioso: fue elegida mejor actriz por dos años seguidos.
-¿Existe mucha rivalidad entre las actrices?
-Por lo general, no. Pero cuesta llegar arriba y ser popular. Existen tantas películas rondando por todos lados que si quieres destacar, tienes que hacer un doble esfuerzo. Siempre digo lo mismo: todo tiene que ver hasta donde tú quieras llegar. En una película triple X debes liberarte de todo lo que te amarre y dejar que tu imaginación no tenga límites. Si algo se te ocurre y crees que puede ser interesante, debes ir por ello. Eso siempre marca la diferencia.
ImagenPoco antes de su debut cinematográfico, Sasha Grey quería llamarse Anna Karina, en homenaje a la ex esposa del mismo nombre del cineasta Jean Luc Godard. Al final, optó por Sasha Grey como homenaje a Sasha Konietzo de la banda KMFDM y al libro de Oscar Wilde, “El retrato de Dorian Gray”. “No veo la incompatibilidad en que te guste el cine europeo y la literatura clásica con ser actriz triple X. Eso es lo que a muchos les llama la atención. Una de las actividades que siempre realicé fue la lectura. Hasta hoy. Sobre todo, me gustan los autores existencialistas. Yo misma me siento una existencialista. Es un área reflexiva y que me hace entender mi lugar en el mundo”, indica.
-He visto videos tuyos donde estás con diez hombres. ¿Qué es lo más complicado de hacer ese tipo de escenas?
-Mmmm… todo está en tu imaginación. Nunca me he hecho problemas ni mayores cuestionamientos. Me concentro, sé lo que tengo que hacer y actúo. En esto no debes tener mayores preguntas. Cuando era más pequeña sentía un sentimiento de culpa hacia el sexo. Creo que es algo que nos heredan desde la cuna. Pero con el tiempo, comprendí que no debía hacerme mayores problemas. La vida es así y me pagan por un trabajo que me gusta. Es algo muy satisfactorio.
Su templanza desinhibida, su gusto por la literatura y su mirada contemplativa, pero sin juicios de valor sobre su profesión, llamaron la atención. A fines de 2008, Steven Soderbergh, cineasta ganador de un Oscar por “Traffic” (2001) y creador de títulos como “Ocean Eleven” (2006) y “Che” (2009), estaba leyendo el diario cuando se encontró con una entrevista a la actriz. Estaba buscando una mujer desconocida para un papel de escort de lujo en una película de bajo presupuesto -“The girlfriend experience”- y le pareció que Grey era la indicada. “Es una mujer madura, que conoce las expresiones del sexo y que sabe lo que quiere”, confesó. Ese paso al cine “serio” le dio otro status a la mujer de 22 años. E incluso, críticos de cine respetados como Roger Ebert le dieron su bendición. “Nunca he visto ni una sola de sus películas triple X, pero me mata la curiosidad por saber cómo esta chica, tan dulce y enigmática, puede desenvolverse en semejante mundo de imágenes prohibidas”, dijo.
-¿Cómo te tomaste este paso a un cine convencional?
-Fue difícil salir con ropa (risas). No tuvo mayor rigor profesional que cuando hago películas triple X. Es más, muchos pensaban que estaría nerviosa por estar frente a Steven Soderbergh. Pero no fue así. Él me parece un genio, un tipo que con dos o tres consejos puede demostrarte la dirección a la que quiere llevar su trabajo. Lo que sí recuerdo es que en el hotel trabajé mucho para que todo saliera bien. Afortunadamente, todos quedaron satisfechos.
-Has hecho un par de películas más en Hollywood. ¿Es hora de dar el salto y dejar atrás el negocio porno?
-No me lo he cuestionado. Desde mi trabajo con Steven me han llegado varios guiones para ofrecerme papeles. En mi casa, de hecho, tengo más de diez. Pero hay que ir mirando todo con tranquilidad. El cine más convencional no me vuelve loca ni me quita el sueño. Es un paso en mi carrera, pero siento que todavía puedo entregarle más al cine triple X.
-¿Por eso fue la idea de crear tu propia productora de cine?
-Mira, mi idea no es estar toda la vida haciendo películas triple X. Me gusta hacerlas, lo paso bien y creo que los que pueden verlas, también viven momentos satisfactorios. Pero no quiero tener 40 años y hacer lo mismo. Soy una persona inquieta y me gusta ir probando. Mi vida va por otro lado.
-¿Por qué lado?
-Quiero que me recuerden por hacer bien las cosas. Uno de los factores fundamentales de hacer una productora es porque creo que las películas triple X tienen una tremenda escasez de historia. No existe el drama y es todo muy básico. Me gustaría generar un cambio en ese sentido y que vieran a este género con mayor respeto. No creo que sea algo muy difícil de hacer. Se puede dar contenido y tensión sexual al mismo tiempo.
-¿Qué hay de cierto que tuviste una relación sentimental con Billy Corgan de Smashing Pumpkins?
-Esos son comentarios de la gente y no tienen mayor validez. Si tuviera una relación con algún músico, no te diría dos veces la persona que me gustaría: David Bowie. Ese hombre me vuelve loca. Con Billy somos amigos. Desde que me llamó a protagonizar su video “Superchrist” tuvimos una relación muy buena, hubo mucha complicidad. Nos hemos topado en algunos eventos. Pero nada más. Lo considero un amigo.
-Hablando de música. También sacaste un disco de música industrial…
-Sí, el arte desde pequeña siempre me ha gustado y cuando me ofrecieron sacar un disco, tenía algunas ideas en la cabeza que quería plasmar y acepté. Hacer música, cine o escribir son distintas experiencias. Cada una muy valorable, por cierto. Y en todas trato de imprimir la misma característica: la pasión. Busco de dar lo mejor de mí en cada actividad y creo que la gente eso lo entiende y por eso me tienen como una de sus preferidas.
Imagen-Siempre he creído que el cine porno se parece al boxeo. En ambos, tienes que transformarte en otro por algunos minutos, exhibir todo el salvajismo humano. ¿Cuánto te cuesta excitarte antes de una toma?
-Mmmmm... cuando has hecho muchas películas ya tienes tus trucos. De partida, debes quitarte la tensión que te podrían generar las otras personas que están contigo mientras grabas. Si no te la quitas, no tienes nada que hacer en el negocio. Pero la mejor receta para una actriz que se quiere dedicar al cine triple X es hacer un poco de gimnasia antes de. Eso te relaja y puedes ser más fidedigno en tu actuación.
-En Chile, prácticamente el negocio triple X no existe. ¿Por qué crees que en Sudamérica no se mueve mucho?
-No te podría decir porque no conozco con profundidad el negocio en tu país o Sudamérica. Quizás falta un impulso o personas que se la jueguen y apuesten. Pero es complicado hablar cuando no se está presente. Una cosa es cierta: siempre habrá público para este tipo de películas.
-Acabas de sacar un libro sobre sexo. ¿Cuál era tu idea?
-Desmitificar varias cosas. Que el sexo es algo pecaminoso o que produce daño. Esa es una visión anticuada y antojadiza. Pero más bien, la idea es hacer una reflexión sobre lo que es el sexo y lo esencial en la vida de los seres humanos.
-Por último. ¿Te gusta que te llamen la porno existencialista?
-Me da lo mismo. Esas son las denominaciones de los periodistas para categorizar. Nadie tiene solo una afición en la vida. Aunque también me ha servido. Me han hecho ver como una mujer distinta en la industria. Y eso se valora.
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